Elegimos este hotel por la ubicación. Tiene una parada de metro en la acera de enfrente. Y un parking muy económico en el edificio de al lado (Parque Maria Cristina). El hotel es un poco antiguo, pero compensó que nos dieron la única habitación que hay en la última planta. Era enorme, con 5 camas, 2 televisores y 2 aires acondicionados. El baño muy amplio. Con bañera. Eché de menos un minibar para tener agua fresquita. El desayuno incluido en el precio era bastante aceptable, con un salón de desayunos con unas 20 mesas, no tuvimos problemas de espacio. Lo recomiendo.