Nada más entrar recibes un impacto del olor mezcla de rancio, cocina, cerrado y humedad que ya te pone un poco en alerta. Nadie en recepción y tienes que ir tú a buscar al personal. Si no fue buena la impresión al entrar en el hotel, al entrar en la habitación algo similar. Mobiliario y demás que no se ha reformado en muchos años. Polillas de la madera pululando por techos y paredes. En el baño apenas un puñado de sobres de gel y champú. Tuvimos que pedir las toallas. En fin. Con todo ello pues el sueño no fue especialmente "reparador". En cuanto a la cocina pues por no extenderme diré que "batalla" y caro. La carta es una fotocopia , muchas de ellas, con lamparones. Hay personal amable y competente , dentro de lo que cabe, pero hay otro que sin comentarios.80€ la noche...
Resumiendo: ubicación estupenda. Personal amable pero gran parte con falta de profesionalidad notable. El hotel, absolutamente decadente, necesita reforma muy muy profunda en muchos sentidos.